Hace pocos días nos abandonó, víctima de un desgraciado accidente nuestro socio y amigo José Ruiz García (Maqui). En ocasiones tan tristes como ésta el ser humano busca de forma instintiva un consuelo,……que si estaba muy mayor,…..que si padecía una dolorosa enfermedad,…..que si su cabeza no regía bien, de forma inconsciente buscamos una excusa que alivie nuestro pesar. Sin embargo en este caso, el dolor es aún más profundo puesto que no se encuentran circunstancias que nos alivien.
Los que conocíamos a Maqui sabíamos de su alegría, de su vitalidad, de su optimismo, de su generosidad, sabíamos que en un momento de apuro podíamos contar con su ayuda, sabíamos que siempre tenía una palabra amable y una chispa alegre. Con su marcha nos ha dejado un mundo un poco más solitario y sobre todo más triste puesto que él era una de esas personas que con su sola presencia nos hacía sentir mejor.
Muchos todavía no hemos asumido su pérdida y nos parece que de un momento a otro lo vamos a ver aparecer con su casco en la mano o lo veremos preparando el equipo para una salida de buceo o encaramado encima de la escalera limpiando el acuario, incluso en ocasiones tenemos el impulso de llamarlo para que nos eche una mano en algo o para que nos preste alguna herramienta. Por desgracia nada de esto será de nuevo posible, con su marcha Maqui ha dejado un hueco muy difícil de cubrir y probablemente será necesario el paso de muchos años para que no se nos encoja el corazón cuando no lo veamos sentado en la popa de la goma.
Por último y retomando el hilo con el que comenzaron estas líneas, quizás lo único que nos puede proporcionar un mínimo de consuelo es que haya encontrado el final de su vida haciendo lo que más le gustaba en el mundo….bucear.
Maqui, dentro de poco te vamos a llevar a uno de tus lugares preferidos, te dejaremos en las entrañas de la cueva del coral, sabemos que, de poder elegir un sitio donde descansar te hubieras decidido por este tan especial. En ese lugar tan íntimo te podremos visitar de vez en cuando y en el silencio de la profundidad te dedicaremos algún pensamiento o una plegaria.
Descansa en paz, amigo mío y desde donde te encuentres vela para que la marea y los vientos nos sean propicios.
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